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Posts Tagged ‘desmotivación

Jamás he conocido a un profesor que no enseñe, ni a un alumno que no aprenda. Aunque en ocasiones el profesorado se queja de la incapacidad del alumnado para aprender y el alumnado lamenta la incompetencia del profesorado para enseñar, en ningún momento dejamos de aprender los unos de los otros, los unos con los otros. Enseñar y aprender son procesos consustanciales al ser humano, se enseña y se aprende incluso en contra de la propia voluntad. Sin embargo, a pesar de esta certeza, siempre acabamos formulándonos la misma pregunta: ¿Por qué no aprenden los alumnos?  Lee el resto de esta entrada »

Hace unas semanas me extrañó ver a un alumno repetidor de 1º de ESO, poco habituado al trabajo y al cumplimiento de las normas de clase, escribiendo de manera compulsiva, concentrado en la faena como nunca antes le había visto.  Lee el resto de esta entrada »

Los edificios no pueden conseguir por sí mismos que los alumnos gradúen, ni hacer que se entusiasmen con la literatura, al estilo de Robin Williams en «El club de los poetas muertos». No pueden espolear al equipo de fútbol de la escuela para alcanzar éxitos inimaginables. Lee el resto de esta entrada »

Esfuerzo es la palabra comodín para el docente. Nos sirve para explicar  suspensos: no se ha esforzado bastante. Para justificar aprobados  justitos: debería esforzarse más. Y para, supuestamente, animar al que obtiene buenos resultados: todavía no se esfuerza lo suficiente. Lee el resto de esta entrada »

«Ya conocéis el grupo, y sabéis que con estos se puede hacer poco, así que vamos a acabar pronto. No ha aprobado ninguno, ni creo que vayan a aprobar nunca. ¿Para qué perder el tiempo hablando?»

Así se dirigió a los profesores del equipo educativo, al comienzo de la sesión de evaluación de su grupo de alumnos, una tutora que conocí hace algún tiempo. Lee el resto de esta entrada »

El instituto en el que trabajo escolariza alumnos procedentes de 24 países.  El grupo más numeroso es el de Rumanos, seguido muy de cerca por el de Colombianos y Marroquíes. Los hay que proceden de la antigua Europa del Este, de la Unión Europea y de otras zonas de África. Pero el grupo más numeroso de alumnos extranjeros es el de Hispanoamericanos, si sumamos todos los que vienen de diferentes países de América del Sur. Lee el resto de esta entrada »

El sentimiento predominante en la relación alumnado – profesorado – familia es el de frustración.  Frustración del alumno, que no encuentra la manera de alcanzar los objetivos que se había propuesto, o no los alcanza en la medida que había imaginado; frustración del profesor, que a los pocos días de iniciarse el curso adivina que le va a ser imposible cubrir las expectativas respecto a su materia, o grupo de alumnos; y frustración de las familias que, por motivos diversos, justificados o no, ven defraudada la confianza que habían depositado en la escuela.

Este estado de frustración, casi permanente en determinadas personas o situaciones, genera desconfianza, tristeza, desánimo, y se convierte en el mejor caldo de cultivo para los problemas de convivencia de los que tanto nos quejamos en los centros. La agresividad explícita de muchos alumnos, o la contenida de algunos profesores son muestras claras de cuanto digo, ya que la reacción humana en una situación así es la de actuar contra la persona a la que consideras causa de tu frustración.

Por otro lado, la sospecha de que no se alcanzarán los resultados previstos puede hacernos abandonar la empresa, y restarnos motivación para iniciar actuaciones que reviertan la situación, generándose un círculo vicioso del que resulta difícil salir.

Para transformar esta frustración en motivación se me ocurren tres cosas, que no siempre son fáciles en un centro educativo:

1. Analizar con rigor las causas de la frustración, conocer los motivos por los que no se alcanzan las metas programadas, e intervenir para modificarlos, no continuar actuando de la manera que sabemos que no da resultado, aunque nos exija un esfuerzo extra por cambiar nuestra rutina.

2. Conseguir el acuerdo y la coordinación suficiente entre los implicados, para que las medidas que se adopten tengan alguna posibilidad de éxito. Las acciones individuales son heróicas en ocasiones, pero ineficaces casi siempre. Desarrollar estilos de trabajo en grupo, cooperativo, formar equipos de apoyo.

3. Buscar la manera de crear un entorno favorable; por ejemplo, promoviendo la participación en el centro de los distintos sectores educativos. El conocimiento mútuo ayuda a entender los problemas de cada cual, primer paso para conseguir apoyos para superarlos.


Me apasiona la pedagogía, actividad a la que me he dedicado profesionalmente.
También me gusta opinar y debatir sobre temas de política y actualidad.
De estos dos intereses, y del deseo de no mezclarlos, aunque estén íntimamente relacionados, nacen estos blogs que te invito a descubrir, y en los que te animo a participar con tus comentarios.

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