La verdad no está en las aulas
Posted on: 19 May 2011
Mientras muchos protestan en las calles, espero a mis alumnos en el aula. Entran en clase, se sientan, me miran, esperan y se callan. Paso lista, pregunto si han hecho el deber, corregimos, explico el tema de hoy, compruebo si lo entienden, hacemos ejercicios, aclaro dudas, señalo trabajo para el viernes, me aseguro de que saben cómo hacerlo, suena el timbre, se van, llega el grupo siguiente y vuelta a comenzar.
A tercera hora una AC, voy al departamento, escucho en la radio una tertulia sobre las consecuencias de la acción de los miles de jóvenes que acampan en la Puerta del Sol. Hablan de indignación, descontento y asco que produce un sistema social, político, económico que les condena a ser esclavos de por vida, recorta sus derechos y no cuenta con ellos.
Mientras preparo un examen de 2º mis rutinarias dos clases anteriores y la gente de Sol me llevan hasta Chomski. Habla del buen maestro como alguien que se obliga a ayudar a sus alumnos a descubrir la verdad, a hacerlo por sí mismos, «sin eliminar la información y las ideas que puedan resultar embarazosas para los más ricos y poderosos, los que crean, diseñan e imponen la política escolar«. Solo entonces, afirma, se aprende de verdad (Noam Chomski, «Educación para la libertad»).
Pienso de pronto en mis alumnos como ese «rebaño desconcertado» al que Chomski se refiere en ese texto, una gran masa controlada por una «clase especializada», a la que sospecho que también pertenezco, aunque sea en un nivel muy poco relevante, que ejecuta, toma decisiones y mueve los hilos del sistema político, económico, ideológico.
En la radio continúan hablando de protestas, desalojo, resistencia, lucha y reivindicación. Vuelvo a clase, paso lista, corrijo, explico, aclaro dudas. Mientras miles de personas indignadas luchan por cambiar el mundo que conocen, devuelvo a mis alumnos al temario, seguimos el programa, les preparo para vivir un tiempo que no volverá a ser.
¿Les ayudo a ser libres, a pensar, a descubrir por sí mismos la verdad? No estoy muy convencido; la verdad, en los tiempos que corren, se aleja del temario de los libros de texto, ha huido de las aulas, se refugia en las calles y las plazas, lugares donde aún soplan, si les dejan, vientos de cambio, de vida y esperanza.
4 respuestas to "La verdad no está en las aulas"
Por la parte que me toca -como padre, soy orientador solo porque hice la carrera, no ejerzo- recuerdo ahora la selectividad, por ejemplo, y como los evaluadores les siguen el juego al sistema y hacen imposible a gente con vocación estudiar las carreras para las que han «nacido» porque no llegan al corte… quizás no venga a cuento… es lo que me sale.
Yolanda, sospechaba que no andarías lejos de Sol. Espero que no tengamos que llegar a utilizar el tercer condicional para lamentar lo que podía haber sido y no fue. Confío en que saldrá algo bueno de todo esto, por lo menos, algo diferente.
Sabes que soy un convencido del poder de la educación, y del papel de agitador de conciencias y pensamientos que deberíamos jugar lxs docentes. ¡Ánimo!
Plácido, ya lo creo que viene a cuento tu comentario. Sería muy interesante que esta ola de inconformismo, protesta y deseos de cambio sirviera también para transformar de verdad el sistema educativo, llevándose por delante vicios y prácticas que ni sirven, ni responden a lo que se espera de ellas.
iessecundaria 
1 | Redacción
19 May 2011 a 2:03 pm
Aquí estoy yo; sin poderme callar una vez más ante tu provocación.
Parece ser que no me educaron en lo de: «entran en clase, se sientan, me miran, esperan y se callan».
Estoy tan «mal educada» que hoy he utilizado ejemplos de la #acampadasol para dar mi clase de inglés.
1st Conditional: -If it rains, I’ll get wet. (si llueve, me mojaré) Eso mismo les ha pasado esta noche a la gente de la acampada, -les dije. Ya lo sabían. Ya lo habíamos hablado. También lo habían visto en la tele. Saben que estuve y que me interesa el tema.
Saber, informarse, es su 1ª lección en 1º de ESO. Después, la acción llegará por si sola.